¿Será que el amor existe?

Y los días pasan, los poros de mi piel se estremecen cada vez que escucho tu voz, el sol de cada día parece distinto, mis manos sudan cuando estoy entre tus brazos, y mi corazón late más acelerado… ¿acaso es sólo instinto? ¿cómo saber que mi corazón siente amor?

Hay científicos que clasifican al amor como un simple impulso o una necesidad fisiológica. Puede que sea cierto, pues aunque racionales, seguimos siendo animales y nuestro cuerpo se dedica a satisfacer necesidades para sobrevivir. Por qué el amor, si cada vez que se quiere alguien termina lastimado, nunca existe una entrega copletamente fiel y desinteresada, pues alguna de las partes quiere más y pide menos, o ama poco y pide más.

«Cuando el amor existe, todo es posible»  he escuchado a muchas personas decir, pero ahora pienso que podría ser al revés. Que con la ausencia del amor, todo es posible, porque vivir necesitando de este sentimiento, hace que las personas cambien, y se adapten al medio en el que se desarrollan para así lograr atraer a sus vidas esta satisfacción.

Por qué el amor, porque somos seres humanos, vivimos de nuestros sentimientos y satisfacciones personales, y entre más se nos quiera, nuestra autoestima es más elevada. Y se vuelve a lo mismo, el amor es únicamente un complemento a una lista de ideas que inconscientemente se nos ha ido inculcando, el creer que se necesita amar a alguien para ser feliz, promueve entre los seres humanos una búsqueda incansable por obtener a la pareja ideal, y en realidad esa persona, que tanto se anhela sólo vive en la realidad de nuestras mentes, en un sueño efímero que nunca se vuelve realidad.

¿Pero por qué hablo así del amor siendo que soy una romántica empedernida? El amor es la más dulce y tierna sensación, sin embargo, al pararme en la realidad puedo ver que son pocos quienes logran valorarlo y por eso lo convierten en una simple palabra sin profundidad en su significado,  cuatro letras que crean un vacío, y que lo único que hacen es comprobar que el egoísmo de la gente disfraza las palabras posesión, vanidad, egocentrismo, con una palabra tan bella que es: amor.